Primero encontré español en escuela primaria. Mi clase lo estudiamos por diez semanas. Las únicas cosas que aprendí eran hola, buenos días, y gracias, pero me parecía una idioma lírica y hermosa. Recuerdo pensar que era una buena idea tener puntuación al principio de la oración.
No tenía la oportunidad de estudiarla en el colegio. En lugar, aprendí un poco de francés y de alemán, y luego japonés. Pensaba hacer un curso de español en la universidad porque me gustaba y porque sabía que es una lengua extensamente hablada, y muy útil para el comercio y la diplomacia.
Ahora lo he estudiado por dos años, y me gusta más que nunca. El semestre próximo voy a España, y algún día espero ir a América Latina también.